En el 7 y 8 de septiembre, pasó dos días in Quito Ecuador a la conferencia para la Revista Feminista Internacional de la Politica (en inglés International Feminist Journal of Politics). El tema para la conferencia fue “construyendo resistencias feministas transnacionales en tiempos de crisis.” Como es normal cuando el enfoque es una crisis, discutimos mucho las poblaciones negras e indígenas que son muy afectadas por la violencia doméstica en muchos países. Yo soy una feminista negra y la directora de educacion, pienso siempre en las lecciones de la comunidad feminista transnacional que trabaja en nuestras comunidades. Trabajo mano en mano con la co-directora quien es una mujer mezclada indigena de Guatemala. Nuestros compromisos con la justicia alimentaria y social se cruzan en el pasado y en el futuro.

En los años 2011 y 2012, hice investigaciones en las comunidades garífunas de Honduras. Aprendí mucho de la agricultura local y la fabricación del pan de la yuca (se llama ereba en la lengua materna). En los diez meses allí, vi cómo la vida de la mujer seguía el ritmo de los tiempos, la cosecha y la naturaleza. Las mujeres amanecieron en las primeras horas de luz en la mañana para caminar a los solares de la familia o el grupo casabero. Trabajaba hasta mediodía para limpiar los terrenos y recoger leña para cocinar. En las primeras horas de la tarde iban a los molinos donde era posible rayar la yuca y exprimir el líquido tóxico de la masa. El próximo día, ellas cocinaban la ereba todo el día, a veces con el apoyo de una hija o su marido. Aunque había pasado mi vida en las ciudades de los Estados Unidos, en este ritmo de las mujeres garífunas, me di cuenta de la importancia de una conexión más profunda con la naturaleza. Y en esto es donde me encuentro hoy a través del trabajo de Global Village Farms. Que sorpresa cuando aprendí de la herencia garífuna de la co-directora Ulum.

Ulum es una mujer que viaja entre las comunidades latinoamericanas, compartiendo su sabiduría de herramientas y productos agrarias. Ella es una agricultora y curadora quien lleva su trabajo en México y en países centroamericanos. Aún nos conocimos por casi tres años, fue la oportunidad de trabajar con Global Village Farms la que me dio la esperanza de que nosotras podemos cultivar un ecosistema local para la transmisión de una cultura transnacional de soberanía alimentaria. Escribo de nuestro trabajo actual con la visión de un futuro mejor.

Como mujer negra dedicada a la lucha para reparaciones, estoy aprendiendo cada día más sobre la lucha de las comunidades indígenas para la repatriación de las tierras. Navegar estas relaciones es una negociación bien complicada para la justicia compartida. La relación entre Ulum y yo tiene raíces en estas luchas y nuestras varias comunidades con las intenciones de conectar y liberar. Con orgullo, hablo de mi trabajo y cómo podemos crecer de una finca en Massachusetts central a nuestras comunidades en Centroamérica y Sudamérica. Aun solo he trabajado allí por menos de seis meses, espero el día cuando yo pueda escribir sobre nuestro trabajo en otros países. Gracias por leer mi visión. 


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